Salud & Bienestar

Viaja a Oriente Medio desde tu cocina

Los hábitos alimentarios tradicionales de Oriente Medio se enmarcan dentro de la categoría de la familia de la dieta mediterránea, por situación geográfica y tradición cultural. Una dieta que ha sido y está siendo muy popular por su importante papel en la salud humana. Tanto la  dieta de Oriente Medio como la mediterránea comparten el uso de aceite de oliva, pescado, cereales integrales, frutas, vegetales y legumbres como principales alimentos. Los lácteos, carne roja y azúcares están restringidos, al menos en teoría.  Esto hace que las fuentes principales de ácidos grasos sean las cardiosaludables, como los monoinsaturados o los omega 3, en vez de las grasas saturadas enemigas del corazón.

Un día típico de una dieta en Oriente Medio sería: avena con almendras y frutas para desayunar; ensalada verde aliñada con atún y pan y falafel en pan de pita con pepino, remolacha, lechuga, tomate y tahini para cenar.

También se consumen mucho los pates vegetales como el humus o el baba ghanoush. Este es de textura parecida al humus, pero con berenjena como ingrediente principal. Se le suele añadir vegetales picados y piñones.

Como del humus y de los garbanzos ya hablamos en nuestra última entrada, ahora le vamos a dedicar  unas palabras a la berenjena:

 “La manzana loca” era como llamaban a la berenjena antes de empezar a consumirla cocinada.  Esto es debido a su contenido en alcaloides como la solanina que desaparecen tras el cocinado pero que si se consume en crudo pueden ser tóxicos  e incluso alucinógenos. Tradicionalmente era utilizada en medicina para combatir inflamaciones cutáneas y quemaduras, incluso algunos médicos la usaban directamente sobre las hemorroides.

Si bien es cierto que su pulpa está compuesta mayoritariamente de agua y fibra, tiene la peculiar acción de dificultar la absorción y depósito de las grasas en arterias y tejidos. Por esto se aconseja acompañar con berenjena las comidas ricas en grasas.

Ahora bien, el secreto de esta verdura está en el color morado de su piel. La responsable de su color, y también de su capacidad antioxidante, es una sustancia de la familia de las antocianinas. Otros compuestos, como los derivados fenólicos presentes en la piel y minoritariamente en la pulpa, también contribuyen en gran medida a la capacidad para neutralizar radicales libres de este vegetal, y a su vez son responsables de la coloración marrón que adquiere el interior del fruto al ser cortado.

 Respecto a las diferentes variedades que nos ofrece este vegetal, el fruto blanco es considerado en la India como beneficioso para diabéticos. Las raíces también se utilizan por sus propiedades tanto antiasmáticas y como analgésicas. Hasta en las hojas de la berenjena se han encontrado moléculas con actividad biológica beneficiosa para la salud.

Aunque el problema de la solanina desaconseje consumir la berenjena cruda, no parece haber supuesto un impedimento para posicionarse entere las verduras más versátiles y populares de la gastronomía. En la cocina nacional las encontramos a la parrilla, en forma de berenjenas rellenas, acompañando guisos, etc. En la internacional protagoniza platos como la parmigiana italiana, la musaka griega o el nombrado baba ghanous.

Otro plato típico con ingredientes mediterráneos es el tabulé, elaborado sencillamente con tomate, perejil y cebolla finamente picadas, al que se le añade bulgur (un derivado del trigo). Según la mano del que lo elabore se podrá incorporar al plato unas hierbas u otras. Aunque el bulgur, de origen turco,  es esencial para este plato, últimamente se está viendo sustituido por otros cereales sin gluten como la quinua como alternativa a aquellas personas con intolerancia o que simplemente deciden eliminarlo de la dieta.

Platos, en definitiva, deliciosos y nutritivos con ingredientes fácilmente disponibles que permiten que podamos disfrutar de la gastronomía de Oriente Medio consumiendo ingredientes mediterráneos. En definitiva, viajar sin moverte de tu cocina.