Las verduras y la intolerancia a la lactosa
La lactosa es el llamado azúcar de la leche, (C12, H22,O11) disacárido natural compuesto de glucosa y galactosa.
Muchas veces, y cada vez ocurre más frecuentemente entre la población, nuestro organismo no puede absorber correctamente este disacárido debido a la falta de una encima llamada lactasa. Es lo que conocemos como intolerancia a la lactosa, aportándo a las personas que la padecen, yo incluido, muchísimas molestias en su aparato digestivo.
La lactosa es un azúcar que está presente en todas las leches de los mamíferos: vaca, cabra, oveja y en la humana, y que también puede encontrarse en muchos alimentos preparados. Si se quieren comprar productos sin lactosa, hay que tener muchísimo cuidado en el supermercado a la hora de elegir productos envasados (incluso la carne y los embutidos llevan lactosa como aditivo y conservante).
Sin embargo, podemos comer todas las frutas, verduras, legumbres, tubérculos y frutos secos sin ningún problema. Es más, es muy recomendable tomar frutas y verduras debido a que si no se toman productos lácteos en nuestra dieta puede producir falta de calcio, vitamina D (necesaria para la absorción del calcio), riboflavina y proteínas. Las complicaciones más comunes son la pérdida de peso y la malnutrición. Por tanto, resulta esencial consumir otros productos ricos en estas sustancias, para alcanzar las dosis diarias recomendadas de vitamina A, C, fósforo, magnesio y potasio (los cuáles ayudan a la absorción del calcio).
Verduras como las espinacas, la col rizada, la cebolla, los berros, el cardo, la acelga, los grelos y el brócoli, son una fuente extraordinaria de calcio. En general todas las frutas y verduras nos aportan una gran cantidad de vitaminas y de minerales esenciales y necesarios en nuestra dieta diaria, son ricas en agua y fibra, no contienen colesterol y tienen muy bajo aporte calórico. Así que no solo los intolerantes a la lactosa, si no que todo el mundo para hacer una dieta saludable debe incluir estos alimentos a diario.
Podemos comer muy sano y muy variado combinando distintos tipos de verduras y aprovechando su versatilidad, pues pueden prepararse salteadas (pimientos rojos y amarillos, berenjenas moradas, calabacines verdes, zanahorias naranjas, cebollas blancas...), asadas a la plancha, al horno, al vapor, fritas en tempura o, cómo no, crudas en ensalada, quedando platos sanos y sabrosos, a la vez de coloridos y apetecibles. Y además, sin preocuparnos, los intolerantes a la lactosa, lo más mínimo por las molestias que nos producen los productos de origen lácteo.