No es tanto que sean las preferidas, que lo son, sino que es el tándem que más preparamos en casa . Cada vez que encendemos el horno para algo, aprovecho y aso lo que tenga a mano. Siempre tenemos patatas y zanahorias. Y en la bandeja las preparamos para alguna guarnición.
No me puedo ni imaginar un mundo sin patatas o zanahorias. Qué afortunados fuimos de que nos las trajeran de Afganistán (en el caso de la zanahoria) y de América en el de la patata. Estoy segura de que esto os sonará más.
Son muy versátiles y me encantan maceradas con algunas especies y aromáticas. Pero tal cual, con aceite de oliva pimienta recién molida y sal son maravillosas para acompañar. Da igual quesea en frio o en caliente. Siempre están ricas y son perfectas para picotear.
Preparación
- Como las patatas tardan más en hacerse que las zanahorias, suelo cocerlas previamente en abundante agua y sal hasta que estén hechas.
- Ponemos el horno a calentar a 200 º arriba y abajo.
- Una vez cocidas las patatas, las cortamos en gajos y las ponemos en una bandeja de hornear.
- Por otra parte las zanahorias las pelamos y las cortamos longitudinalmente por la mitad.
- Las colocamos en la bandeja y añadimos el AOVE, sal y la pimienta negra .
- Dejamos que de horneen unos 15 minutos más o menos. El tiempo lo veréis cuando se empiecen a dorar.
Recomendaciones del autor
Hoy las he preparado como guarnición y las he acompañado de rúcula y de mayo de ajo asado. Una mezcla divina que os sacará de más de un apaño.